Licenciado en Economía por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMEX). Maestro en Economía por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE) y doctor en Economía por la University of Manchester, Reino Unido. Es coordinador del Centro de Investigación en Ciencias Económicas de la Facultad de Economía de la UAEMEX. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Nivel III. Su trabajo de investigación se centra en el análisis de las fluctuaciones cíclicas y el crecimiento económico, la integración económica internacional y la econometría aplicada. Ha escrito y coordinado varios libros y sus artículos científicos se han publicado en diversas revistas nacionales e internacionales.
* El autor desea agradecer la asistencia de investigación de María Joaquina Romero Acevedo y Jorge Ocampo Quiroz, así como los útiles comentarios de Annel Hurtado Jaramillo. No obstante, los errores y omisiones son de su exclusiva responsabilidad.
Las economías modernas experimentan constantes fluctuaciones que reflejan alzas y bajas en su actividad, aun cuando ésta presente una clara tendencia creciente en el transcurso del tiempo. El patrón recurrente en el que se van alternando periodos de alza y baja sostenida en la actividad económica -expansiones y recesiones, respectivamente- se conoce como ciclo económico.
De esta forma, aunque las economías del mundo han transitado a lo largo de la historia por periodos de crecimiento y decrecimiento, explicados ya sea por factores naturales (sequías, inundaciones o sismos) o por procesos socio-políticos (plagas, guerras o criminalidad), los ciclos económicos -como un patrón claramente definido- se empiezan a identificar en las sociedades industriales modernas a partir del trabajo pionero de Clement Juglar, quien lo desarrolló en las últimas décadas del siglo XIX, así como en los análisis desarrollados en las primeras décadas del siglo XX por Wesley Clair Mitchel, entre otros autores.1
Las implicaciones de los movimientos al alza y a la baja de la actividad económica han llevado, tanto a académicos como a diseñadores de política económica, a medirlos y a determinar sus causas. En esto, ha sido fundamental entender por qué variables como producción, empleo, ingresos, consumo, inversión y productividad, entre otras, van conjuntamente al alza en las fases de expansión, contribuyendo a mejorar el nivel de vida de los hogares y la rentabilidad de las empresas. Similarmente, se ha buscado identificar los factores que hacen que termine la fase expansiva y que la economía entre en una etapa recesiva en la que las mismas variables disminuyen, muchas veces de manera abrupta y en mayor magnitud. De hecho, la severidad de sus efectos sobre el bienestar de las familias y la viabilidad de las empresas, así como sobre la estabilidad macroeconómica de los países, ha llevado a que posiblemente se hayan destinado mayores esfuerzos a caracterizar las recesiones.
En esta lectura se presentan algunos de los aspectos más relevantes sobre los ciclos económicos. En la primera sección se definen los conceptos básicos; en la segunda se exponen sus causas principales; en la tercera se explican los principales enfoques para medirlos, y en la cuarta se revisa la experiencia de México. Por último, se establecen algunos comentarios finales, a manera de conclusiones.
1 Entre los pioneros de la economía también destacan Joseph Kitchin, quien habla de ciclos cortos, y Nikolái Kondrátiev, quien se refiere a ciclos largos. Para reseñas de la historia del análisis de los ciclos económicos se puede consultar a Padilla (1967), Morgan (1992) y Zarnowitz (1992).
De esta definición se pueden rescatar al menos tres consideraciones: a) el análisis de ciclo debe basarse en los niveles de diversas variables económicas; b) las distintas fases del ciclo son sucesivas y alternantes; y c) es importante distinguir los ciclos económicos de las fluctuaciones más pequeñas.7
A nivel más específico, la definición de Burns y Mitchell implica la existencia de cuatro fases del ciclo que se representan en la gráfica 1A: recuperación, definida como el aumento de la actividad económica que sigue a una contracción hasta que se alcanza el nivel de actividad previo; expansión, que lleva la actividad económica por encima de ese nivel; recesión, que marca el inicio del descenso productivo hasta el nivel de la caída previa; y contracción, que implica una reducción adicional por debajo de ese nivel.8
Dado que usualmente la reducción de la actividad económica no excede los niveles previos, se tiene una tendencia creciente de largo plazo. Algunos estudios sugieren tomar en cuenta tres fases solamente como se observa en la gráfica 1B: recuperación, expansión y recesión.9
Gráfica 1
Cuatro y tres fases del ciclo económico
9 Algunos estudios analizan
las fases de crecimiento bajo,
crecimiento alto y recesión.
Véanse, por ejemplo, Sichel (1994)
y Cruz (2005).
Gráfica 2
Fases de expansión y recesión del ciclo económico
1/ P = Pico.
2/ V = Valle.
Fuentes:
Elaboración propia.
La mayor parte de la literatura moderna toma en cuenta solamente las fases de expansión y recesión en el análisis del ciclo económico. Para determinarlas se deben identificar las fechas, llamadas puntos de giro, en las que la economía transita de una a otra. De acuerdo con Boldin,10 éstos se clasifican en pico (P) y valle (V).11 El pico corresponde a la fecha en la que el indicador del ciclo alcanza su valor más alto y precede a una reducción sostenida con una magnitud mínima de la actividad económica o recesión. Por su parte, el valle corresponde a la fecha en la que el indicador del ciclo alcanza su valor más bajo y precede a un incremento sostenido con una amplitud mínima de la actividad económica o expansión. Usualmente, la magnitud se mide como la variación porcentual de la actividad económica entre el valor alcanzado en el pico y el del valle para la recesión, y viceversa. De manera análoga se mide la duración en periodos de tiempo de las fases del ciclo, así como la del ciclo mismo. En este caso se hace de pico a pico o de valle a valle. Los puntos de giro y las fases de expansión y recesión del ciclo se representan en la gráfica 2.
11 Los picos y valles aparecen también en la gráfica 1. En ocasiones también se les denomina cimas y fondos, respectivamente.
Sin embargo, la recesión del periodo 1973-1974, experimentada por la mayor parte de los países desarrollados, no solamente tuvo efectos severos en la economía, sino también significó un giro notable en la dirección de la investigación económica. El estudio de los ciclos económicos recuperó la importancia que había tenido en el pasado a raíz de una nueva ola de interés derivada del importante artículo de Lucas, quien define el ciclo como “los movimientos del producto nacional bruto en torno a una tendencia”.14 Como se puede ver, esta visión difiere de manera fundamental de la del ciclo clásico puesto que no lo define en términos de la secuencia de fases de alzas y bajas en el nivel de actividad económica, ni tampoco considera necesario distinguirlas y caracterizarlas. Más aún, en este enfoque se puede tener movimiento por encima o por debajo de la tendencia sin que se presenten caídas en el nivel absoluto, en este caso, del producto nacional bruto. En otras palabras, una economía puede presentar fluctuaciones “positivas” y “negativas” aun cuando tenga un crecimiento permanente; solo se requiere que lo haga a ritmos diferentes. Por ello, los movimientos descritos se denominan ciclos de crecimiento. Sin duda, puede ser confuso utilizar este enfoque para identificar las fases del ciclo y buscar equipararlas con las del ciclo clásico. No debe olvidarse, que, en palabras de Lucas,15 el objetivo principal del análisis debe ser la caracterización de los co-movimientos, a través del tiempo de los componentes cíclicos de los agregados económicos más importantes.
12 Morgan (1992).
14 Lucas (1977), p. 9.
15 Lucas (1977), p. 9.
Una limitante adicional en términos del fechado del ciclo de crecimiento se asocia a una cuestión técnica. Como es común en el análisis de series de tiempo, este enfoque asume que cualquier variable económica está conformada por los siguientes componentes: uno que refleja los movimientos suaves de largo plazo (tendencia), uno estacionario (cíclico), uno que captura la repetición de fenómenos estacionales y uno más que conjunta los movimientos irregulares.16 El análisis de los ciclos de crecimiento se basa en el segundo componente, el cual se extrae de las series utilizando diferentes técnicas estadísticas que permiten descomponer las series. Dado que diferentes filtros, como se les denomina, pueden generar distintos componentes cíclicos,17 se tendrían diferentes fases del ciclo de crecimiento. Sin embargo, es posible que exista cierta coincidencia entre las fases del ciclo clásico y las del ciclo de crecimiento cuando las series de referencia están dominadas por grandes fluctuaciones en el nivel de la actividad económica.
17 Canova (1998).
La explicación de las fluctuaciones cíclicas de la economía tiene una larga historia que se remonta a principios del siglo XIX, cuando la industrialización se consolidó como forma dominante de producción, y empezaron a surgir periodosde crisis como resultado de derrumbes de precios y procesos de sobreproducción. Autores como Simonde de Sismondi, Jean Baptiste Say y David Ricardo ofrecieron explicaciones sobre esta base. Desde entonces, las explicaciones han variado significativamente desde factores exógenos, como cambios climáticos, especulación, auges de crédito, cambios tecnológicos, expansiones monetarias y choques aleatorios, entre otras.18
Independientemente de la definición que se adopte, las teorías modernas del ciclo económico buscan explicarlo a partir de la identificación de las causas que lo originan y los mecanismos de transmisión que las generalizan. Existen dos teorías modernas principales que se han desarrollado en las tradiciones clásica y keynesiana durante las últimas décadas.
A grandes rasgos, la primera de ellas, conocida como Teoría de los ciclos económicos reales fue introducida por Kydland y Prescott.19 En un marco caracterizado por mercados competitivos, información perfecta y precios flexibles, los agentes racionales optimizan intertemporalmente para maximizar su utilidad (consumidores) y sus ganancias (productores), dadas las restricciones presupuestarias y tecnológicas, respectivamente. Las fluctuaciones de la actividad productiva y el empleo son provocadas por choques tecnológicos (en sentido amplio) que llevan a los agentes a modificar sus decisiones, optimizando siempre sus funciones objetivo, de manera que la economía se encuentre siempre en equilibrio. En particular, un choque negativo a la productividad (de oferta) provocaría un ajuste a la baja del salario y de la oferta de trabajo, lo que contraería la producción, provocando una recesión, y viceversa. Efectos similares se obtienen cuando los choques de oferta están relacionados con factores climáticos (sequías, sismos), decisiones de política fiscal o procesos socio-políticos (huelgas generales, plagas, guerras o estrategias políticas de bloqueo), lo que le da una mayor flexibilidad a este enfoque para explicar los ciclos económicos en diferentes contextos.20
18 Véanse Padilla (1967) y Morgan (1992) para una amplia exposición de éstas y otras teorías pioneras del ciclo económico.
19 Kydland & Prescott (1982).
20 Stadler (1994) y Rebelo (2005).
Sin embargo, la idea de que las respuestas de los agentes siempre sean óptimas, aun cuando signifiquen elevadas tasas de desempleo y pérdida de producción durante las recesiones, despertó el escepticismo de otras visiones. En particular, los keynesianos reivindicaron su creencia de que el desempleo es esencialmente involuntario, por lo que esos resultados no podían derivarse de decisiones racionales tomadas en ambientes sin fricciones.21 Para superar la crítica a los postulados ad hoc de precios y salarios fijos, una nueva generación, llamada Nueva economía keynesiana introdujo modelos con rigurosos supuestos microeconómicos, pero suponiendo la existencia de mercados no competitivos, información asimétrica, mercados incompletos o trabajo heterogéneo, todo lo cual se traduce en desequilibrios temporales en los mercados como consecuencia de fallas de coordinación y externalidades macroeconómicas. En particular, asumiendo “costos de menú” (de ajuste de precios) en un mercado de competencia monopólica, la política monetaria, por ejemplo, puede tener efectos reales al generar fluctuaciones de corto plazo en variables como producción y empleo. 22 Análogamente, otros factores que provoquen cambios en la demanda agregada pueden tener efectos reales en tanto los precios no se ajusten instantáneamente a los valores del nuevo equilibrio de largo plazo.23
Por otro lado, independientemente de sus causas internas, los ciclos económicos se comparten o transmiten de un país a otro. Esto puede deberse a tres factores principales: a) la ocurrencia de choques comunes que afectan por igual a todos los países o a un grupo de ellos, especialmente a los de economías pequeñas, tales como crisis internacionales, guerras, pandemias o cambio tecnológico generalizado. Por ejemplo, la crisis petrolera de los años setenta y la Gran Recesión del periodo 2008-2009 pueden verse como consecuencias de choques comunes; b) cuando los países se especializan en pocos sectores, productores de bienes primarios o turismo, por ejemplo, son proclives a experimentar ciclos comunes como consecuencia de choques sectoriales; el auge de las materias primas de la primera década del siglo XXI es un ejemplo de este tipo de choques; y c) los ciclos comunes pueden resultar de la transmisión de choques específicos de un país a otro (especialmente a los más pequeños), a través de las transacciones económicas que desarrollan entre ellos, principalmente, comercio e inversión extranjera directa, cuando sus procesos productivos están fuertemente integrados, como en los casos de América del Norte o Europa.24
Sin embargo, como es bien sabido, los criterios que adopta la NBER para identificar los puntos de giro son poco transparentes y dependen, en mucho, del juicio de los integrantes en turno del Comité de Fechado de los Ciclos Económicos (BCDC, por sus siglas en inglés), creado en 1978 para desarrollar esta actividad. Por lo tanto, se puede afirmar que no existe una metodología que permita replicar los procedimientos específicos que se siguen, a lo que se suma el retraso con el que se hacen los anuncios sobre el inicio o el término de una determinada fase. Eso ha dado lugar a la creación de algoritmos que se han usado, en principio, para apoyar las decisiones del comité de la NBER, pero que ante el retraso de sus anuncios frecuentemente se han empleado también para anticipar las fases del ciclo. Incluso, en países donde no existen cuerpos colegiados similares se han utilizado para definir y caracterizar al ciclo.26 Los algoritmos más comúnmente aplicados son los propuestos por Bry y Boschan,27 BB de la NBER, Artis, Kontolemis y Osborn,28 AKO, y Harding y Pagan,29 BBQ.30
En la siguiente sección se aplica la metodología AKO a diferentes indicadores de la economía mexicana con la finalidad de caracterizar el ciclo nacional.33 En esencia, este enfoque consta de cuatro etapas. En la primera se identifican y eliminan los valores extremos con el objeto de que no influyan en la identificación de los puntos de giro, ya que el interés se centra en el reconocimiento de las fases de alza y baja sostenida de la actividad económica.34 En la segunda se aplica una media móvil de siete periodos para eliminar las fluctuaciones erráticas de corto plazo. En esta serie se identifican picos y valles tentativos como los valores más altos y más bajos en comparación con los de los 12 periodos anteriores y posteriores al valor en cuestión. En la tercera etapa se identifica, también, un conjunto de puntos de giro tentativo en la serie obtenida en la primera etapa siguiendo reglas similares con las restricciones adicionales de que la amplitud de fase sea de al menos una desviación estándar de la diferencia del logaritmo de la serie y que la duración del ciclo sea de al menos 15 meses. Finalmente, se comparan los dos conjuntos de puntos de giro buscando que haya una estrecha correspondencia entre ellos: cuando hay una diferencia menor a cinco meses se acepta la existencia de un punto de giro, fechándolo en la serie original corregida.35
32 Nótese que no se impone una duración mínima de las fases del ciclo. De hecho, la regla comúnmente aplicada de dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo para identificar una “recesión técnica” se atribuye a Arthur Okun, aunque no hay evidencia escrita al respecto (Heath, 2012) y es una simplificación excesiva de los criterios que establece Shiskin (1974). Este autor caracteriza las recesiones de Estados Unidos en términos de las llamadas tres D, por sus siglas en inglés: duración (duration), profundidad (deepness) y difusión (diffusion). De todas ellas, solo se popularizó la característica común de las recesiones que se habían presentado entonces y que habían durado al menos dos trimestres.
36 La construcción de índices se remonta a las iniciativas de Burns & Mitchell, y a las mejoras introducidas por Moore en la NBER (The Conference Board, 2001).
37 Grupo Técnico (2020).
El análisis de los ciclos económicos en México es relativamente joven, especialmente si se le compara con la abundante evidencia existente para otros países de mayor desarrollo. Los primeros estudios basados en enfoques modernos, como los citados previamente, aparecen alrededor del cambio de siglo41 y son seguidos por otros que abordan aspectos que van desde su co-movimiento con otras variables macroeconómicas nacionales y el ciclo de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, hasta análisis de los ciclos regionales y sectoriales.42
Un área de investigación ha dedicado esfuerzos a fechar y caracterizar los ciclos económicos nacionales, regionales y sectoriales del país utilizando el enfoque clásico con base en diferentes indicadores de producción desagregada disponible en estos distintos ámbitos.43 En esta sección se utilizará la metodología AKO para revisar las fases identificadas con diferentes indicadores de producción industrial (1980.01-2020.04); Indicador Global de Actividad Económica (IGAE, 1993.01-2020.03) y empleo (1997.07-2020.05) y se contrastará con las que se pueden inferir del indicador compuesto coincidente que genera el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).44
44 INEGI (2020).
Como se ha mencionado previamente, la metodología AKO permite identificar las fases del ciclo económico con base en una sola variable que puede reflejar la dinámica de la actividad económica en su conjunto, especialmente en ámbitos donde no existen cuerpos colegiados que cumplan con esa tarea o cuando se busca anticipar las fases que posteriormente serán anunciadas. O bien, cuando se busca identificar ciclos sectoriales o regionales, donde puede darse escasez de información.
Dado que actividad económica es un concepto muy amplio, en esta lectura utilizamos información sobre la producción industrial, la cual puede ser un buen indicador del ciclo, ya que está expuesta a diferentes tipos de choques (de oferta y de demanda, política económica y expectativas de los agentes, internos y externos), como argumentan Agénor, McDermott y Prasad.45 Sin embargo, en virtud de que sus componentes pueden responder de diferente manera a los choques que experimenta la economía mexicana, utilizamos información sobre minería, construcción, manufactura y generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final. Una ventaja de estos indicadores es que están disponibles mensualmente desde 1980, por lo que permiten analizar las fases del ciclo de la historia reciente del país y contrastarlas con las de otros estudios.
Para tener un análisis más amplio, especialmente del periodo reciente, también se utiliza información del IGAE total e IGAE terciario, así como de empleo formal, 46 variables que forman parte o complementan al grupo considerado en la construcción del indicador coincidente que estima el INEGI.47
Los puntos de giro de la producción industrial y de sus componentes se presentan en la tabla 1, mientras que los del resto de variables aparecen en la tabla 2.48 En general, hay fases del ciclo que se presentan en los agregados más importantes, tales como manufactura, industria, IGAE y empleo formal, así como en el indicador coincidente. Aunque hay diferencias de meses, las recesiones (y las expansiones correspondientes) se pueden ubicar en los periodos 1982 1983, 1985-1986, 1994-1995, 2001-2002, 2008-2009, y la que pudo haberse iniciado en el transcurso de 2019. Excepto sobre la última, ha habido amplias explicaciones sobre estas fases.49
Los componentes de la industria tienen fases diferentes que, aunque no se reflejan siempre en el total, sí condicionan su dinámica general, especialmente en algunos periodos. Específicamente, como se ve en la gráfica 3, la minería es el componente que presenta una alternancia más frecuente entre expansiones y recesiones, lo que se puede explicar por su alta sensibilidad tanto a la capacidad de producción nacional como a la dinámica de los precios internacionales del petróleo. Ambos factores han sido determinantes de la alta inestabilidad de la producción en los años ochenta y la primera mitad de los años noventa, lo que se reflejó en fases cortas. La profunda caída iniciada a finales de 2005 -solamente interrumpida por un breve periodo entre 2009 y 2013- se debe tanto a bajas en los precios del petróleo como al agotamiento de los principales yacimientos petroleros del país. En general, la minería es el componente de la industria que más fases del ciclo presenta, algunas de ellas de carácter claramente idiosincrático.50
Tabla 1
Puntos de giro de la producción industrial y sus componentes, 1980.01-2020.04
50 Véanse Banxico (2020a) y los informes previos, donde se presenta un seguimiento detallado de la producción sectorial.
Fuente:
Elaboración propia.
Tabla 2
Puntos de giro del indicador coincidente, producción industrial y manufacturera,
IGAE total y terciario, empleo, 1980.01-2020.05
1/ IGAE = Indicador Global de la Actividad Económica.
2/ * = Primera observación.
3/ ** = Última observación.
Fuente:
Elaboración propia con base en FMI.
Gráfica 3
Puntos de giro de la producción industrial y sus componentes
Índices con base 2013 = 100
I Industria I Construcción
I EGA I Manufactura I Minería
1/ EGA = Generación, transmisión y distribución de energía eléctrica, suministro de agua y de gas por ductos al consumidor final.
2/ Las áreas sombreadas y los puntos de giro corresponden a la producción industrial.
Fuente:
Elaboración propia.
A su vez, la construcción presenta las recesiones comúnmente aceptadas en México, más una adicional entre 2012 y 2013, periodo que se caracterizó por una desaceleración en los diferentes sectores, como se ve en la gráfica 3. En general, la construcción no solamente presenta recesiones más profundas que otros sectores, especialmente las de 1981-1983 y 1994-1995, cuando su magnitud fue de -20.5 y -40.5%, sino también su recuperación en la fase post- Gran Recesión ha sido débil. Su modesto desempeño y su caída desde mediados de 2018 se ha atribuido a la constante reducción de la inversión pública y a la incertidumbre financiera.51 También llama la atención que los picos que marcan el final de la expansión y el inicio de la recesión se presentan antes que en las demás actividades, lo que sugiere que esta variable puede usarse como un indicador que anticipa el cambio de fase del ciclo.
51 Mejía et al. (2005).
Por su parte, la manufactura y la industria han experimentado fases cíclicas similares, aunque con diferencias en las fechas específicas en algunos casos. Hay dos diferencias importantes: la duración de la recesión de inicios de siglo se extiende casi un año más el primer caso que en el segundo debido, en parte, a los efectos adicionales que significó el ingreso de China a la Organización Mundial de Comercio en 2001 y al consecuente desplazamiento de productos mexicanos del mercado estadounidense.52 El resto de las actividades del sector se recuperó más rápidamente, por lo que la recesión de la industria en su conjunto terminó antes. La segunda diferencia se asocia con la alta dependencia de la manufactura nacional de la dinámica del mismo sector en Estados Unidos: el último pico se alcanzó en septiembre de 2019, solamente cuando la producción de país vecino empezó a caer, en el último trimestre de 2019, y 16 meses después que la industria en su conjunto.
Por último, la información de la tabla 1 y la gráfica 3 sugieren que EGA presenta fases cíclicas idiosincráticas, cuyas recesiones coinciden solo parcialmente con las de 1982-1983, 2008-2009 y la actual, que se inicia en septiembre de 2019. Eso hace pensar que es una actividad que no solo depende de factores económicos, sino también de otros de tipo demográfico y urbano.53
53 Mejía et al. (2005).
Gráfica 4
Puntos de giro de la producción industrial y manufacturera e IGAE1/ total y terciario
Índices con base 2013 = 100
I Industria I Construcción
I EGA I Manufactura I Minería
1/ IGAE = Indicador Global de la Actividad Económica.
2/ Las áreas sombreadas y los puntos de giro corresponden al IGAE.
Fuente:
Elaboración propia.
Gráfica 5
Puntos de giro de la producción manufacturera e industrial, IGAE1/ total, empleo formal e indicador coincidente
Índices con base 2013 = 100
I Coincidente I Manufactura
I Industria I IEGA I Empleo
1/ IGAE = Indicador Global de la Actividad Económica.
2/ Las áreas sombreadas y los puntos de giro corresponden al indicador coincidente.
3/ Se estandarizaron los datos para facilitar la comparación de las series.
Fuente:
Elaboración propia.
La tabla 2 y las gráficas 4 y 5 complementan el análisis incorporando medidas más amplias de producción y de empleo, disponibles solamente a partir de 1993.01 y 1997.07, respectivamente. Las fases de expansión y recesión que experimentan estos indicadores coinciden con las generalmente aceptadas, aunque hay diferencias menores de meses entre los puntos de giro identificados; no obstante, hay dos diferencias importantes. La primera corresponde a la recesión de 1992.04-1993.11, que se registra únicamente en el indicador coincidente, mientras que en el resto de las variables solo se aprecia una ligera desaceleración. La segunda se refiere al inicio de la recesión que actualmente experimenta la economía nacional como consecuencia de la llamada crisis del Gran Confinamiento asociada a la dispersión mundial del COVID-19. El fechado de la tabla 2 muestra que los picos se presentan en el transcurso de 2018 en los casos del IGAE total (marzo) y la producción industrial y el indicador coincidente (mayo). Por el contrario, el IGAE terciario y la manufactura alcanzan sus valores máximos en mayo y septiembre de 2019, mientras que el empleo formal lo hace hasta febrero de 2020. Diferencias tan grandes no se habían presentado en otras fases del ciclo.
Tabla 3
Características de los regímenes del indicador coincidente, producción industrial y
manufacturera, IGAE total e IGAE terciario y empleo, 1980.01-2020.05
Porcentajes y meses
Fuente:
Elaboración propia.
En virtud de que las fases de los ciclos económicos se han explicado en diferentes fuentes, vale la pena dedicar un espacio para explorar la dinámica de la recesión que, actualmente, se vive en México y el mundo, la del Gran Confinamiento, la cual será la más severa que se haya presentado.
Aunque varios indicadores alcanzaron sus valores máximos en el transcurso de 2018 y hubo una amplia discusión sobre si la economía nacional ha estado en recesión desde 2019, ahora es claro que éste es el caso al menos desde el segundo trimestre de 2020.54
Tabla 4
Características de los regímenes del indicador coincidente, producción industrial y
manufacturera, IGAE total e IGAE terciario y empleo, 1980.01-2020.05
Porcentajes y meses
Fuente:
Elaboración propia.
Ante la insuficiencia de la política económica para compensar la caída en la demanda agregada -explicada en gran parte por el reducido espacio fiscal del gobierno y el empeoramiento de las expectativas por profundas diferencias entre el gobierno y el sector empresarial, así como por la prolongación del confinamiento iniciado en la tercera semana de marzo de 2020- la producción nacional ha pasado del estancamiento o declinación débil durante 2019 a una severa caída a principios de 2020, como se puede apreciar en las diferentes gráficas.56
La información de la tabla 3 refleja reducciones inéditas en las medidas de producción industrial y manufacturera, variables para las que se tiene información hasta el mes de abril.57 Estas actividades han experimentado tasas de crecimiento acumulado (magnitud o profundidad) desde mayo y septiembre de 2019 iguales a -31.0 y -36.0%, lo que equivale a tasas de crecimiento promedio mensual de -1.5 y -6.1% durante 22 y 7 meses, respectivamente. Respuestas similares podrían presentarse en el indicador coincidente y en el IGAE total y terciario en el mes de abril. Incluso, no se espera que la situación mejore en el transcurso de los meses restantes del segundo trimestre, al menos.
57 La tabla 3 presenta las
características de las fases del
ciclo de los indicadores más
agregados. No se explica con
detalle debido a limitaciones
de espacio.
Por el contrario, el empleo formal, variable para la que se cuenta con información hasta el mes de mayo de 2020, ha tenido una caída modesta a partir de febrero, con una magnitud de -2.7%. Entonces, si se toma en cuenta la definición del ciclo económico de Burns y Mitchell,58 la caracterización de las recesiones de Estados Unidos que hace Shiskin59 y la experiencia de México durante el periodo con el que se cuenta con información, el empleo es una variable central de la dinámica de la economía que presenta alzas y bajas en las expansiones y en las recesiones, respectivamente. El hecho de que el empleo empiece a declinar hasta marzo de 2020 pone en tela de juicio una conclusión fácil según la cual la recesión actual pudo haber iniciado en 2018 e, incluso, en 2019. Lo que resulta evidente, no obstante, es que desde marzo de 2020 México se encuentra en franca recesión.
59 Shiskin (1974).
Esta lectura presenta los conceptos más importantes del enfoque clásico para medir el ciclo económico con una aplicación para el caso de México. Los criterios cuantitativos del algoritmo adoptado para identificar los puntos de giro y, por tanto, las fases de los ciclos de la economía nacional confirman los hallazgos presentados previamente en la literatura. Aunque la mayoría de los estudios previos se basa en el análisis univariado de diferentes medidas de producción y empleo, las fases del ciclo corresponden a las derivadas del indicador coincidente del INEGI, una medida más cercana al concepto de actividad económica. La única excepción es la recesión que se presenta entre 1992 y 1993 en este indicador, pero en ninguna otra variable. Una implicación de esto es que este indicador puede revisarse para generar fases sobre las que existe un amplio consenso.
Las características en términos de magnitud y duración de las fases identificadas también corresponden a lo documentado previamente.
Sin embargo, el episodio actual ejemplifica las dificultades que pueden tener criterios cuantitativos para fechar las fases de los ciclos económicos cuando se busca aplicar una definición más acorde con la visión de Burns y Mitchell,60 en el sentido de que debe medir la actividad económica. En este caso, nuestros resultados basados en medidas de producción muestran que la recesión pudo haberse iniciado en 2018 o 2019, mientras que el desempeño del empleo formal sugiere que fue hasta principios de 2020. Más todavía, el indicador coincidente del INEGI parece estar fuertemente condicionado por el IGAE total, que, a su vez, depende significativamente del comportamiento de la producción industrial. Ésta, por su parte, ha estado muy afectada por la dinámica de la construcción y, especialmente, de la minería, cuyo desempeño ha estado determinado en gran medida por la producción de petróleo, un sector en franco declive en el país.
Al final, este panorama refleja simplemente la necesidad de revisar críticamente los instrumentos con los que actualmente se cuenta para medir el ciclo, así como complementar el análisis con criterios cualitativos, a la manera como se hace en los comités de fechado de ciclos económicos.
60 Burns & Mitchell (1946).
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